La corrupción en el gobierno
Si la política puede estar contaminada, es con el virus de la corrupción. A este respecto, son muchos los gobiernos que deben luchar contra este tipo de problemas en sus instituciones. Sin embargo, parece que los gobiernos de América Latina son los que más sufren. Tomemos por ejemplo México. En ese país, la corrupción afecta a múltiples sectores de la sociedad, incluidos los políticos, los funcionarios públicos, el sistema judicial, el sistema de salud e incluso las instituciones escolares.
En este artículo encontrará un tema que merece toda nuestra atención, es decir, la lucha contra la corrupción para el bienestar de toda una nación. ¿Qué es un soborno? ¿Quiénes donan o reciben sobornos? ¿Cómo puede una institución pública corromperse? ¿Cuáles son los datos al respecto? Todas estas preguntas tienen respuesta en las encuestas sobre la circulación de dinero entre funcionarios y ciudadanos. Los libros de contabilidad deben estar actualizados y completos, pero si se detectan irregularidades, debe investigarse. Dicho esto, ¿cómo puede una investigación policial ser concluyente si el cuerpo policial también está corrupto? Evidentemente, ante tantas cuestiones, es primordial saber si el pueblo de México reconoce o no la corrupción en el gobierno y en las instancias públicas y, en caso afirmativo, cómo lucha contra este flagelo.
¿Reconocen los ciudadanos mexicanos la corrupción en su país? ¡La respuesta es sí! A continuación, figuran algunos datos de Transparency International sobre el fenómeno:
1. El 51% de los ciudadanos mexicanos admitieron haber pagado un soborno, es decir, un regalo monetario a un funcionario público a cambio de un beneficio social.
2. En México, 6 de cada 10 personas consideran que la corrupción ha aumentado, especialmente en la magistratura y el sistema judicial.
3. El 47% de la población de México cree que la policía del país es una instancia pública mayoritariamente o totalmente corrupta.
4. Tres de cada diez personas que han emitido una alerta de corrupción sufren represalias feroces por parte de las instancias competentes.
Estos son datos preocupantes sobre el gobierno de México. Dicho esto, es importante subrayar aquí que el 74% de los ciudadanos del país estarían dispuestos a apoyar acciones o proyectos destinados a combatir y eliminar la corrupción en las diversas instituciones de la función pública. Después de todo, luchar contra la corrupción es luchar contra la crueldad vinculada a la exigencia de dar o recibir un soborno para garantizar el acceso a un bien. ¿Por qué hay que actuar ilegalmente sólo para ver a un médico? Nadie parece saberlo…
En este sentido, hay que saber cómo circula el dinero en un caso de corrupción. Aquí, como ejemplo, hay el caso de un funcionario del Partido Acción Nacional. De hecho, resulta que un vídeo fue publicado y compartido en Internet y en este vídeo podemos ver claramente a un funcionario aceptando una maleta llena de dinero. Esta maleta constituye un enorme soborno, pero también constituye una prueba irrefutable de la corrupción en el seno del Gobierno, lo que obliga a intervenir a las instituciones judiciales y policiales. A partir de entonces, se ha demostrado que miles de millones de pesos se han desviado directamente del PIB del país para enriquecer a los funcionarios públicos y así aumentar la brecha entre la clase dirigente y las demás clases sociales.
En última instancia, si la corrupción en México está omnipresente en el gobierno y, además, la policía y el poder judicial también aceptan regalos ilegales a cambio de beneficios sociales, ¿cómo pueden los ciudadanos confiar en sus líderes? ¿Cómo van a sobrevivir en un país donde la confianza se gana con maletas de dinero? La solución a este problema radica en la información. Cuanto más informado esté un ciudadano sobre la situación política de su país, más medios tendrá para luchar contra la corrupción que contamina su país. Esta constatación es válida tanto para México como para los demás países de América Latina e incluso para cualquier otro país donde la corrupción está en todas partes. Y usted, ¿qué piensa? ¿Cree que la corrupción es una plaga en México o en cualquier otro lugar? Si es así, ¿qué medios tenemos para luchar contra ella, según usted? Su punto de vista es importante, no dude en hacer oír su voz.
¡Pienso que es una reflexión importante e interesante que traes! Es verdad que a menudo escuchamos sobre la corrupción en los países de Centroamérica y de Suramérica. Por supuesto que hay corrupción en todos los países, en diferentes niveles: el hombre siendo lo que es, con sus debilidades…
RépondreSupprimerComo todos los problemas político sociales, la corrupción en el gobierno es un problema complejo y multifactorial. En primer lugar, pienso que la pobreza no ayuda: si no tienes mucho dinero, podrías ser tentado de aceptar un suplemento. Pienso que un salario respetable que permite vivir adecuadamente sin estrés financiero sería un incentivo para refusar un regalo monetario.
Pero aparte de eso, estoy de acuerdo contigo que es crucial que la población sea más informada sobre la corrupción. De hecho, creo que una mezcla de tiempo, de educación y de sensibilización es una receta ganadora para un cambio de mentalidad. Porque es necesario que se opere un cambio de mentalidad para funcionar: la opinión colectiva debe volverse cada vez más negativa sobre la corrupción y la deshonestidad para desalentar tales prácticas.
Aquí es un ejemplo diferente, pero interesante: no más que cuarenta años atrás, era normal dejar sus residuos en la naturaleza o tirarlos por la ventana de su auto; hoy, después varios años de sensibilización y de información sobre las consecuencias de ese comportamiento, es mucho más raro y, sobretodo, muy criticado y condenable por la sociedad.
¡Hola, Marc! Tu tema es muy interesante y es importante subrayarlo. Todo el mundo sabe que la corrupción en América Latina y en México es grave, pero tu texto me ha hecho ver lo grave que es. En varias películas y series de televisión mexicana y latinoamericana que he visto, la corrupción está presente y se denuncia. Por ejemplo, en la serie Narcos, que se desarrolla en Colombia, vemos lo corruptos y controlados que estaban la policía y los políticos por los carteles de la droga de la época. El panorama colombiano ha cambiado desde entonces, pero sabemos que sigue siendo muy corrupto y peligroso. En México, conozco a un amigo canadiense que ha sido testigo de primera mano de la corrupción policial. En definitiva, los latinoamericanos viven en condiciones muy difíciles y ni siquiera pueden confiar en sus líderes para salir adelante. Es muy triste. Gracias, Marc, por sacar a la luz este asunto.
RépondreSupprimerNo hay que considerar estas cuestiones desde un punto de vista ingenuo. Algunas personas, por su posición, tienen acceso a las recaudaciones del estado, a las contribuciones de los carteles, manejan instituciones públicas, las cuales generan océanos de dinero. Desde un punto de vista pragmático, los que se benefician de estas formas «fáciles» de enriquecerse no son menos poderosos y adinerados que los que hicieron su fortuna de manera lícita. En muchos casos, se consideran meramente como gente de negocios astutos. Alguna vez estuve en un frutal de mangos en el cual cien por ciento de las frutas se contaminaban con gusanos al madurar. La gente solía cortar temprano las frutas inmaduras (verdes) porque era la única forma de asegurarse de comer algo no contaminado. La gran abundancia generada atrae como un imán a los que intentan «llegar de primero» para recoger todo lo que pueden. En una sociedad que acostumbra tener un nivel de desigualdad altísimo, muchos se sienten justificado en hacer compromisos éticos. Creen que si no aprovechan ellos, alguien más lo hará. Creen también que si no alcanzan en sacar el máximo provecho, lo que los espera puede ser una vida técnicamente honrada, pero mediocre y sin reconocimiento social. Una vida dedicada a atender y servir a los que sí lograron enriquecerse. En contraste, llegar a ser «clase mediana-alta» en Canadá es ya un logro que satisface a la mayoría de la gente. Hasta los más adinerados quieren hacerse pasar por clase mediana.
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